lunes, 18 de noviembre de 2013

El masaje tántrico

Al hablar del masaje tántrico nos referimos a una técnica totalmente enriquecedora y placentera.
Es una forma distinta de sentir la sexualidad.
Con este masaje descubrirás tu capacidad de recibir placer. Inspirado en la filosofía hinduista, mediante las caricias de las zonas eróticas intenta lograr el equilibrio espiritual.
Posee una finalidad más allá del placer: entrar en lo más profundo del subconsciente llevando un rayo de esperanza a cada función específica, analizando las inquietudes y los deseos de la persona y eliminando el conflicto, la insatisfacción y la inquietud.

El masaje tántrico proporciona una relajación emocional y física, proporcionando un profundo sentimiento de bienestar. Si nunca lo has realizado te recomendamos hacerlo ya que en él experimentarás sensaciones y placeres inolvidables. 
Cambia tus energías más potentes en sensaciones de orden superior al orden puramente físico: Expandir, Retener, Controlar... ¡Unas sensaciones indescriptibles!

Como ya habrás podido comprobar el masaje tántra es una combinación de sensibilidad, sensualidad y erotismo que nos ayuda a descubrir las plenitudes de gozo que nos proporciona el tacto. 
Es una forma distinta de sentir y trascender: sensaciones de infinito placer que poco a poco inundarán todo tu cuerpo de excitación pero que a su vez te relajarán corporal y mentalmente.

APRENDER A DAR Y RECIBIR PLACER 
A TRAVÉS DEL TACTO
Es una obviedad. Sin embargo, como suele suceder con lo obvio, lo pasamos por alto como no importante. El sexo no es sólo visual o auditivo. El sexo es, en gran medida, tacto, nuestro sentido más extenso, el más sutil. El contacto físico juega un papel muy importante en el encuentro íntimo.
¿Pero qué es lo que diferencia un buen contacto físico de un contacto mediocre? ¿Y qué hace que una manera de tocar sea excelente? ¿Qué quiere decir eso de crear una buena conexión con otra persona?

Lo primero es permitirnos conectar profundamente con la experiencia en el aquí y ahora. Estar donde estamos, con quien estamos, con todo lo que somos.
Conectamos con nuestro cuerpo a través de la respiración, el movimiento y la comunicación. Así podemos dejar atrás nuestros miedos, proyecciones, prejuicios y juicios, y logramos contactar de forma más auténtica con el otro (y con nosotros mismos).

Aprendemos a dar y recibir placer activamente: aprendemos a pedir, y a tomar el contacto que recibimos como un regalo, a decir lo que queremos y lo que no queremos claramente. De esta manera logramos la profundidad en el tacto, y en el contacto.

En el masaje tántrico aprendemos a regalar y regalarnos, sin apuros ni presiones, el goce de la experiencia compartida. Conectamos con el otro de forma espontánea, creativa y auténtica. Cada encuentro es único, llegando a mayores niveles del ser.

Escuchamos al otro y a nosotros mismos, el contacto se crea en resonancia con la persona que recibe, se convierte en un proceso espontáneo, creativo y transformador. Y cada encuentro y cada momento es diferente. Lo erótico cabe – igual que todas las otras emociones, pero no se busca. En este lugar nos podemos sentir amados, aceptados, plenos – y en paz con el mundo.
Una persona que vive su potencial sexual más plenamente es una persona más feliz, y también más capaz de habilitar la felicidad del otro


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